El puerto de Amberes, Bélgica, se llenó de emoción y esperanza con el arribo del buque insignia Gloria de la Armada Nacional de Colombia.
Por: Carlos Humberto Arango C.
El puerto de Amberes en Bélgica se llenó de júbilo y esperanza al recibir al buque insignia Gloria de la Armada Nacional de Colombia. Tras zarpar el pasado 1 de mayo por los océanos, el ARC Gloria va llevando un mensaje de paz para el mundo, los infantes de marina fueron recibidos por el coro Hijos e Hijas de La Paz de la Filarmónica de Bogotá en una emotiva ceremonia.
El buque Gloria, con 88 tripulantes y 73 alumnos de la Escuela Naval de Cadetes 'Almirante Padilla', zarpó el pasado 1 de mayo y recorrió Estados Unidos y Europa en una misión diplomática y cultural. Este viaje simboliza no solo la fortaleza y el compromiso de la Armada Nacional, sino también la unión y el esfuerzo conjunto por la paz.
El recibimiento en Amberes fue encabezado por el embajador de Colombia en Bélgica, autoridades locales y Antonio Suárez, director de la Asociación Nacional de Música Sinfónica. Con la presencia de estas distinguidas personalidades, el evento subrayó la importancia de la cooperación internacional en la promoción de la paz.
Los jóvenes del coro Hijos e Hijas de La Paz, hijos e hijas de quienes vivieron el conflicto armado en Colombia, entonaron canciones que resonaron con mensajes de reconciliación y esperanza. Su actuación no solo destacó su talento, sino que también simbolizó la superación del pasado y la construcción de un futuro mejor.
Esta histórica unión entre la Armada Nacional y los hijos e hijas de los firmantes de paz ha sido posible gracias al esfuerzo conjunto de la Filarmónica de Bogotá, la Embajada de Colombia en Bélgica, la Fundación Ford y otras entidades. Estas instituciones han trabajado incansablemente para hacer realidad esta iniciativa, demostrando que el arte y la música son poderosas herramientas para la transformación social.
El evento de en Amberes es un recordatorio de que, a través de la música y la colaboración, es posible superar las heridas del pasado y construir un mundo lleno de armonía y esperanza. Cada puerto visitado y cada presentación realizada por estos embajadores de paz reafirman el compromiso de Colombia con la reconciliación y el entendimiento mutuo.
Esta misión no sólo es una oportunidad para estos jóvenes músicos y marinos, sino también un ejemplo inspirador para todos aquellos que creen en la paz y en el poder del arte para cambiar el mundo.