Por: Felipe Pineda y Horacio Duque Giraldo*
El Gobierno de la Alcaldesa Claudia López cumple medio año. Antecedido de una gran expectativa y esperanza para miles de bogotanos, que depositaron su confianza en ella; con base en el anhelo de superar la corrupción y el continuismo en la capital, la administración López se enfrenta a un sector de la ciudadanía que empieza a distanciarse de su agenda programática, la cual perciben como autoritaria y lejana de las necesidades hacia los más desfavorecidos.
Aunque su Plan de Desarrollo despertó expectativas en materia de equidad, transparencia, derechos de las mujeres, de las comunidades LGTBI y convivencia ciudadana, aspectos como los derechos económicos y sociales, derecho a la ciudad, y modelo económico y productivo para las mayorías no parecen tener incidencia en su plan de desarrollo.
La coalición política que apoyó su candidatura reunía matices y fuerzas alejadas del partidismo tradicional liberal-conservador, sobresaliendo los verdes, otra corriente política con grupos de inclinación progresista, exsindicalistas, movimientos sociales del 21N, defensores de la paz y movimientos anticorrupción.
Su acceso a la Alcaldía, y la organización de su equipo de gobierno, fueron acogidas sin mayores reticencias por parte de la opinión pública, aunque desde la izquierda liderada por Gustavo Petro y el excandidato Hollman Morris se hicieron duros cuestionamientos enfocados en el tema de la construcción del metro elevado que se mantenía como un proyecto heredado por el exalcalde Enrique Peñalosa.
El trámite del Plan de Desarrollo, y el manejo de la crisis sanitaria ocasionada por la presencia del coronavirus, han ocupado los primeros seis meses del gobierno de la señora Claudia López mostrando otras facetas implícitas de su base programática.
La gestión de la pandemia se ha visto acompañada por discrepancias y coincidencias con el gobierno nacional del presidente Iván Duque, específicamente en la cuarentena y la atención de la crisis social derivada de la parálisis de la economía.
Las discusiones del Plan de Desarrollo, y el documento final aprobado por el Concejo Distrital, decantaron de manera más precisa el tipo de coalición que acompaña a la alcaldesa, el cual coincide ideológicamente con las fuerzas políticas tradicionales que ayudaron a aprobarlo –Cambio Radical, Centro Democrático, Partido Liberal, Partido Conservador, Mira, Colombia Justa Libres- pues su contenido presentaba pocas diferencias con los postulados básicos del neoliberalismo.
Y es que el proyecto político de López para Bogotá, que es una prueba piloto de lo que podría ser un eventual proyecto político de la Coalición Colombia para el país, coincide en líneas generales con las tesis del “Neoliberalismo Progresista”, término acuñado por la filósofa y politóloga feminista estadounidense Nancy Fraser en su artículo “El final del neoliberalismo progresista” (shorturl.at/mnO78), que se convertiría en la semilla de su libro “¡contra hegemonía ya!: por un populismo progresista” (Siglo veintiuno Editores, 2019).
Es claro que la alcaldesa, mediante la cooptación y el otorgamiento de contratos a particulares y al entramado de las ONG ligadas a sus estructuras, busca arropar las prerrogativas de dichos movimientos sociales e identitarios con el fin de desactivar de ellos su carácter de clase y suprimir en los mismos todo tipo de discusión sobre asuntos estructurales como el modelo económico y social de la ciudad; prueba de ello son los aumentos presupuestales consignados en el nuevo Plan de Desarrollo Distrital (PDD) para los sectores de medio ambiente, bienestar ambiental, bici-usuarios, y los aumentos de inversión para la secretaría de la mujer y el fortalecimiento de las políticas orientadas a los LGBTIQ, que al ser contrastados con las inversiones para movilidad (33 de 108 billones del plan plurianual de inversiones) son erogaciones ínfimas. La poca oposición que tuvo este Plan de Desarrollo sobre el metro elevado, el futuro de la expansión de Transmilenio y los proyectos de renovación urbana, dan cuenta de las verdaderas prioridades de esta administración.
A nuestro juicio, el fondo del discurso de Claudia López, y el contenido de su ruta programática con el Plan de Desarrollo 2020-2023 “Un nuevo contrato social y ambiental para el siglo XXI”, en el que está clara la alianza con el sistema financiero, los especuladores urbanos, los negociantes de la salud y los dueños de la contratación estatal como en el caso del metro elevado, da forma a una elite falsamente progresista.
Nos quieren engañar con esta nueva versión del viejo liberalismo, fue a ese carro sin frenos al que se montaron los VERDES, infortunadamente, el Polo democrático, las feministas de nuevo cuño, los LGTBI y también liberales y conservadores de vieja data que se percataron que allí también podían estar y ganar.
* Horacio Duque Giraldo, politólogo e historiador. Felipe Pineda Ruiz, publicista, investigador social, colaborador de la Fundación Democracia Hoy. Director del Laboratorio de Innovación Política Somos Ciudadanos.